Existen diferentes caminos para alcanzar una mayor compresión filosófica y espiritual de la existencia. Cada persona tiene que encontrar su camino, según sus creencias propias, pero lo más importante es que nos abra los ojos internos.
La astrología espiritual utiliza la llamada astrología dracónica y la carta dracónica que está basada en un zodiaco distinto al zodiaco tropical que empieza en el punto vernal a los cero grados de Aries. La carta dracónica está basada en el zodiaco que se forma cuando la eclíptica intersecta la órbita de la Luna, por lo que esta carta está más asociada a la Luna, a lo más profundo de uno mismo, y tiene que ver con nuestro pasado y con nuestras vidas pasadas. Esta carta se calcula restando la longitud del nodo norte verdadero a las posiciones de los planetas y cúspides de las casas natales.
La astrología dracónica no es nueva, ya se usaba en Babilonia, y es una visión distinta de la Astrología basada en el zodiaco tropical. El zodiaco tropical es solar y el zodiaco dracónico es lunar.
La carta dracónica tiene una interpretación diferente, y al combinarse con la carta natal, se le da una interpretación que tiene que ver con algo interior que llega al fondo de nosotros mismos y que nos guía para realizar y aprender de las experiencias que tenemos que repetir o continuar, traídas de vidas pasadas.
Es necesario conocer algo de nuestras vidas pasadas por medio de ciertas tendencias que traemos, a través de nuestros sueños y de nuestra intuición, y también tenemos una ayuda muy grande con la carta natal, a través de los nodos lunares, pero sobre todo con la carta dracónica.
La astrología dracónica nos indica cuál es nuestro papel a desempeñar en esta vida y las herramientas que traemos para realizarlo. La carta dracónica nos guía, nos sugiere y nos señala el camino, y a no desviarnos de él; si no lo hacemos llega el destino y nos alinea a través de vivir experiencias difíciles y de sufrimientos que nos hacen ver lo que no conocemos de nosotros mismos y que tenemos que vivir para reconocerlo.
A la carta dracónica también se le llama la carta del alma, pues podríamos decir que es una manifestación de nuestra alma que nos lleva hacia el cumplimiento del plan que tiene para nosotros en esta encarnación.